Todos sabemos que una buena comida está mejor añadiendo una rica salsa, pero nuestra conciencia siempre viene a echar el freno a nuestros impulsos: eso no que engorda mucho.

Desde Herci queremos saciar esos antojos que pasan por tu mente y permitirte el gusto de añadir un delicioso acompañante a esos alimentos que por sí solos pueden pecar de sosos o muy básicos, o por qué no decirlo, darle aún más sabor un plato de lo más apetecible.

En este artículo podrás encontrar cuatro tipos de salsas diferentes que añadir a tu dietas, y lo más importante: de carácter completamente saludable. Toma nota y comienza a crear.

Salsa Vegana: A pesar de su nombre, no tiene por qué reservarse para personas cuya alimentación incluye solo productos que no tengan origen animal. Esta salsa también resulta deliciosa para acompañar el arroz, las papas y otros platos de vegetales y carnes. Es muy fácil de preparar y tiene pocos ingredientes. Solo necesitarás agua caliente, mostaza y avena. ¿Algo más sencillo y rápido?

Salsa de albahaca y rúcula: Ricas en vitamina C y hierro, la rúcula y la albahaca son ideales para acompañar platos pesados y de digestión lenta. Para elaborarla tendrás que tener en tu nevera hojas de rúcula, aceite de oliva, hojas de albahaca, nueces y sal.

Salsa tradicional de tomate: Nada más saludable que una salsa de tomate casera. Aprovecha su poder antioxidante y su riqueza en licopenos, vitaminas A, B y C. Apunta en tu lista aceite de oliva, tomate duro y cebolla al gusto. No necesitas nada más.

Salsa de verduras: Esta salsa es el complemento ideal para una comida rica en proteínas. Para llevarla a cabo solo necesitarás; puerro, cebolla, berenjena, calabacino, tomate duro, pimienta negra, azúcar, sal, orégano y albahaca.

¿Cuál será tu favorita para tus próximos platos?