El brunch; ese gran desconocido
Seguro que alguna vez has visto esa película americana donde la élite neoyorquina se reúne los domingos para pegarse el atracón de su vida, y tú sin entender ni una pizca de por qué hacen esos desayunos que no pueden originarles más que un cólico nefrítico. Pero como para todo en esta vida hay una explicación, y lo más importante; un origen.
Esta combinación de desayuno y almuerzo tuvo sus inicios en Inglaterra a finales del siglo XIX, pero lo más curioso es que no fue hasta casi 40 años más tarde cuando en EEUU se popularizó entre las estrellas hollywoodienses achacándolo a sus largos viajes por trabajo.
El brunch se hizo para socializar.
En lugar de la acostumbrada cena temprana de los domingos ingleses, donde, después de asistir a la iglesia, se sirven carnes pesadas y tartas saladas, ¿por qué no una nueva comida, servida alrededor del mediodía, que se inicia con el té o el café, incluya mermeladas y otros elementos del desayuno?
Por lo general, los brunch son comidas copiosas, pero que incluyen distintos platos, sabores e ingredientes de modo que el comensal pueda degustar según sus preferencias. Los huevos cocidos de diversas formas están siempre presentes, así como panes en varias presentaciones y embutidos como jamón, queso, salchichas y otros fiambres.
Dulces, cereales y mermeladas pueden estar presentes para quienes apuesten por un menú más ligero. El café como sinónimo de desayuno siempre está presente. También té y zumos naturales.
Los negocios y fiestas familiares también han visto el cielo abierto con esta sugerente comida.
Cada día que pasa es mayor el número de empresarios que se reúnen a mitad de la mañana y toman este ‘Brunch’ para solucionar sus problemas corporativos.
¿Tienes una comunión, un bautizo o incluso un cumpleaños? Tomar la decisión de celebrar un Brunch para cualquier evento social es un acierto seguro que te permite ahorrar y además concentrar toda la comida en un único momento.
Y a ti, ¿Qué te parece?